1.9.11

Guerra a la piel de naranja

La celulitis se ha convertido en una auténtica pesadilla para miles de mujeres. Quizás seas una de las pocas afortunadas que nunca la ha padecido, pero lo cierto es que cuando llegamos a una cierta edad, o hemos tenido hijos, las bonitas piernas que habíamos tenido de jóvenes pierden su tono muscular y tienen ese aspecto decaído y sin forma. Además, la piel de las nalgas y de las piernas es muy fina y eso hace que la grasa que se acumula se vea enseguida y aparezcan esos bultitos tan indeseables.


Aunque dicen que ‘mal de muchos, consuelo de tontos’ es inevitable que nos sintamos un poco mejor, cuando vemos que ni siquiera las más reconocidas estrellas de cine o cantantes escapan de las garras de la piel de naranja. De hecho, alrededor del 93% de las mujeres padecen celulitis, en uno u otro grado. 

La piel de naranja no es más que tejido graso subcutáneo que se ha acumulado hasta el punto de presionar y sobresalir entre las fibras de tejido conectivo, formando una red a modo de pequeños bultos, similar a la piel de una naranja. Este fenómeno empieza por una disminución de la microcirculación venosa y linfática. Su aparición se asocia a hábitos poco saludables, como una vida sedentaria, estrés, ropa muy ajustada y malas posturas, entre otros. Pero también influyen la genética y los problemas hormonales. 

En general, son 3 los factores que influyen en la aparición de la celulitis:

  • Genética. Si en tu familia hay casos de celulitis puede que seas más propenso a padecerla.
  • Género. Las mujeres tienen más tendencia a tener piel de naranja por dos razones: acumulan más grasa en ciertas zonas corporales debido a su sistema hormonal y su red de tejido conjuntivo es más débil que la del hombre.
  •  Edad. Comienza a aparecer o a formarse después de la primera juventud, aunque se hace visible después de la adolescencia que es cuando se ralentiza el metabolismo y la vida se hace más sedentaria.

Probablemente hacer desaparecer la celulitis nos parezca tarea imposible, pero siempre existen formas de detener su avance o, simplemente, hacer que parezca menos evidente: 
  • Sigue una dieta rica en fibra natural, presente en la verdura y la fruta, para ayudar a que el sistema digestivo elimine residuos.
  • La sal es uno de los grandes enemigos de la celulitis, ya que contribuye a la retención de líquidos. Trata de consumirla con moderación. Recuerda que las carnes en conserva, los quesos y algunas otras comidas preparadas como los enlatados tienen mucha sal. 
  • Las pastas, golosinas y todos los productos de repostería tienden a contener altos porcentajes de harinas refinadas y grasas que favorecen mucho la aparición de la celulitis. Es importante evitar estas pastas y dulces y, en caso de consumir pan, es preciso moderar su consumo. 
  • Evita las bebidas carbonatadas. Contienen ingredientes químicos que no sólo carecen de nutrientes sino que además contribuyen a hinchar el cuerpo y añadir más toxinas acentuando aún más la celulitis. 
  • Beber 10 vasos de agua a diario ayuda a que nuestro cuerpo pueda eliminar toxinas, además de mantener la piel del cuerpo en general con un aspecto sano.

  • Reduce el consumo de café, evita tomar bebidas alcohólicas y si fumas intenta dejarlo de una vez por todas.
  • Realiza ejercicios aeróbicos como andar en bicicleta, nadar, correr, o simplemente caminar para mantener las piernas en movimiento haciendo circular las toxinas y que éstas no se estacionen donde no las queremos.
  • Por muy sencillo que parezca, el chorro de agua fría al final de la ducha, ayuda a que tengamos una mejor circulación corporal.
  • Los masajes ayudan a deshacer los nódulos de grasa a la vez que activan la microcirculación y el drenaje linfático. Estos masajes son mucho más eficaces si se hacen a diario y con ayuda de alguna crema anticelulítica.
  • La exfoliación de la piel del cuerpo al menos una vez a la semana ayuda a eliminar las células muertas y que, de esta forma, las cremas de tratamiento penetren mejor con ayuda del masaje adecuado.
  • Además, es recomendable que evites llevar ropa muy ajustada y zapatos de tacón excesivamente altos, pues perjudican la circulación sanguínea. 


· 

14.7.11

A por un verano refrescante....

Espero que estés disfrutando de tu verano...Nosotros nos hemos venido a pasar unos días en la playa con la familia. En esta época nuestras necesidades de hidratación aumentan. las altas temperaturas hacen que sudemos más que durante el invierno. Por eso necesitamos tomar más líquidos, ya sea en forma de bebida u otros alimentos ricos en agua. 

Nuestro cuerpo está compuesto por más de un 50% de agua. Una proporción que varía en función de tu edad, tu peso y sexo: cuanto mayores nos hacemos y más pesamos, menos proporción de agua tenemos. 
Para reponer el agua que perdemos a través de la respiración, la sudoración y las evacuaciones, necesitamos ingerir alrededor de tres litros de agua diarios, repartidos entre el agua y los alimentos que tomas. Alrededor de un litro y medio te lo proporcionan entre 6 y 8 vasos de líquidos, que pueden ser agua, zumos, refrescos y batidos, por ejemplo.

También puedes hidratarte gracias a los alimentos que comes; te aportan otro litro y medio de agua. Las frutas y verduras tienen un alto contenido de agua -cerca del 85% de su peso-, así como la carne y el pescado -con valores que oscilan entre un 50 y un 70% de agua.

Durante el verano, las altas temperaturas, la humedad y una mayor sudoración hacen que tu organismo pierda más agua que durante el invierno. Por eso es fundamental ingerir líquidos con más frecuencia, sobre todo si te expones al sol, practicas ejercicio o realizas algún tipo de actividad física. Durante los meses estivales no conviene que salgas de casa sin tu botella de agua. 
Los ancianos y los niños son quienes más tienen que controlar sus niveles de hidratación durante la época estival porque tienen alterado su mecanismo de la sed o no siempre piden bebidas cuando tienen sed. 


Buenas razones para hidratarte

  • Ayudas a regular tu temperatura corporal. 
  • Mantienes tu piel tersa.  
  • Facilitas tus digestiones. 
  • Consigues una mayor capacidad de concentración. 
  • Facilitas el transporte de nutrientes en tu organismo. 
  • Consigues eliminar toxinas. 
Bebidas para todos los gustos

  • AGUA. Es la bebida que mejor calma la sed y puedes elegir entre agua con o sin gas, así como agua con sabores a limón, fresa, manzana, etc. 
  • ZUMOS DE FRUTAS. Además de hidratar y calmar la sed, resultan nutritivos y aportan energía, ya que conservan todas las propiedades de la fruta fresca. 
  • INFUSIONES. Se preparan con agua y plantas de distintos sabores y propiedades. Pueden tomarse frías o calientes, convirtiéndose en otra forma apetecible de tomar agua. 
  • HELADOS Y BATIDOS. Los polos o granizados, cuya base principal es el agua, hidratan y refrescan. Los batidos, con base de leche, resultan además muy sanos y nutritivos.

16.5.11

Dieta Dukan



Tod@s hemos oído hablar de la dieta Dukan, y más de un@ conoce a alguien que la seguido y le ha ido de maravilla. ¿Quieres saber en qué consiste? Según  su creador, el doctor Pierre Dukan, esta dieta permite comer 100 alimentos, 72 ricos en proteínas, 38 verduras y bajar de peso en pocas semanas sin pasar hambre y sin recuperar el peso perdido.






Personajes conocidos como Penélope Cruz han hecho uso de esta dieta, así como Kate Middleton, la reciente esposa del Príncipe de Gales, Jennifer López o Nicole Kidman y el libro “No consigo adelgazar“ ha sido uno de los más vendidos, creando miles de adeptos a esta dieta.

El programa se divide en cuatro fases que se han de seguir obligatoriamente, sin salirse del consumode los cien alimentos. La primera, llamada fase de ataque, consiste en cortar de raíz toda relación con los hidratos de carbono y alimentarse durante un periodo de 5 a 7 días únicamente a base de proteínas: carne, huevos, leche y pescado.


Después se pasa a la etapa de crucero, en la que las proteínas se combinan con las verduras, que se ingieren en días alternos. Cuando se logra perder los kilos de más se pasa a la siguiente fase, fase de consolidación, en la que se van incorporando los hidratos de carbono. A partir de entonces llega la fase de estabilización, en la que la ingesta de alimentos es completamente libre, pero un día a la semana tiene que dedicarse de nuevo a las proteínas.



Por último es importante señalar la importancia del consumo de salvado de avena, un alimento del que una sola cucharada absorbe 25 veces su volumen en agua, generando sensación de saciedad.


Sin embargo, grupos como la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas ya se han posicionado en contra de este método y sostiene que no hay ningún estudio científico que avale que una dieta con un mayor contenido en proteínas. Mi consejo es que siempre consultes con tu médico o nutricionista antes de iniciar cualquier dieta.


2.3.11

Recupera tu figura tras el embarazo

Recuperar la figura después de dar a luz es un trabajo que exige mucha constancia, paciencia y dedicación. Cuidar la alimentación, realizar ejercicio físico y utilizar cremas reafirmantes son las tres piezas clave para conseguirlo.
Tras el embarazo, el cuerpo no se recupera totalmente hasta pasados al menos nueve meses. En el parto suelen perderse entre 5 y 7 kilos, que se corresponden con el peso del bebé, el líquido amniótico y la placenta. En los días siguientes seguirás eliminando líquidos retenidos y el útero regresará a su tamaño original. Al cabo de una semana pesarás entre 2 y 3 kilos menos. Sin embargo, el ritmo de pérdida es distinto en cada mujer y depende de factores tan dispares como el número de hijos previos, la edad, el tipo de parto o el peso ganado durante la gestación.
¿Cuándo ponernos a dieta?
La lactancia no es un momento oportuno para seguir una dieta de adelgazamiento. Dar el pecho al bebé te ayudará a recuperar tu peso con mayor facilidad, ya que la producción de leche exige la utilización de las reservas grasas almacenadas durante el embarazo. Además, es importante que cuides la calidad y cantidad de los alimentos. La recomendación en esta etapa es tener paciencia. No se van a perder varios kilos en una misma semana, sino de ir recuperando el peso normal paulatinamente y que poco a poco la figura del cuerpo vuelva a estar como antes de la gestación.

Dieta postparto
  • La norma básica es que es imprescindible hacer cuatro o cinco comidas al día.
  • La dieta debe incluir alimentos de los diferentes grupos nutricionales como carnes (res, pollo, pescado), lácteos (leche, quesos, yogur), huevos, verduras, legumbres, frutas y cereales.
  • Intenta moderar el consumo de grasas y reducir el consumo de las saturadas. Es mejor que consumas leche desnatada, que cocines al vapor y evites los fritos.
  • Haz cenas suaves.
  • Acostúmbrate a comer despacio y masticar bien los alimentos: de esta manera damos tiempo a que el organismo active las señales de saciedad que hacen que dejemos de comer.
  • No te obsesiones si algún día te saltas la dieta: un exceso en un día aislado no modifica el resultado del régimen, lo importante es que seas constante.

Ejercicios postparto: cómo y cuándo
La gimnasia post-parto como tal y la práctica de ejercicio físico debe iniciarse una vez transcurrida la cuarentena, cuando el parto es vaginal, y transcurridos tres meses, en caso de cesárea, y siempre y cuando se cuente con la autorización del ginecólogo.
Debes empezar poco a poco e ir aumentando la intensidad y dificultad a medida que mejore el estado de forma física. El mejor ejercicio cardiovascular durante esta etapa es andar. Conviene que evites dar saltos, ejercicios aeróbicos de alto impacto, ir en bici, así como realizar abdominales de fuerte intensidad hasta que la musculatura del suelo pélvico y abdominal no haya recuperado su tono habitual.
Por eso los primeros ejercicios que debe hacer una mujer tras dar a luz son los que permiten fortalecer y tonificar la musculatura del suelo pélvico; pero no deben comenzarse hasta 30 ó 40 días después del parto.
Para recuperar al máximo tu figura y verte de nuevo con la tripla plana, debes realizar ejercicios específicos de tonificación y fortalecimiento de los músculos del abdomen y de la cintura, es decir, las conocidas abdominales. Estos ejercicios debes iniciarlos una vez recuperado el tono de la musculatura perineal o suelo pélvico, nunca antes.
Dedicar de cinco a quince minutos al día, con una periodicidad de cuatro a cinco días a la semana basta para comprobar que el abdomen, poco a poco, se vuelve más firme y plano.
El pecho es otra de las partes del cuerpo que más perjudicada sale tras un embarazo y un parto. Las mamas ganan volumen y pueden adquirir tamaños insospechados con la subida de la leche. Al final de la lactancia suelen quedar flácidos y caídos.
La glándula mamaria no puede ejercitarse pero sí los músculos que la sostienen. Ejercitando los músculos pectorales se puede prevenir la caída de los pechos y permite mantenerlos más altos y en su sitio.
En casa puedes realizar el siguiente ejercicio: apertura de brazos con pesas (si no tienes, puedes utilizar dos botellas de agua llenas de arroz). Túmbate boca arriba y estira los brazos en perpendicular al cuerpo, con las pesas “mirándose”. Sólo tienes que abrir los brazos hasta casi tocar el suelo y volver a cerrar. Procura contraer los músculos pectorales cuando cierres. Haz 3 series de 8 repeticiones, descansando unos segundos entre una y otra.
Ya sabes, una buena alimentación, ejercicio físico y para rematar la faena una buena crema corporal tonificante que devuelva la elasticidad a tu piel, harán que este verano hayamos recuperado nuestra figura.

16.2.11

Alimentación durante la lactancia

Ya soy mamá!!! He dejado preparado este post para publicarlo durante mi estancia en el Hospital.
Me hacía mucha ilusión preparar una entrada sobre la importancia de la lactancia materna, tanto para la madre como para el recién nacido, así como responder algunas dudas que se nos presentan acerca de la alimentación que debemos seguir durante esta maravillosa etapa.
 Entre las principales ventajas de la lactancia para el bebé se encuentran:
  • Contiene anticuerpos que pasan de la madre al lactante para ayudarle a combatir las infecciones. al tomar el pecho, el bebé corre menos riesgo de coger catarros, infecciones de oído o alergias como asma o eccemas, y puede beneficiarse de los efectos de una vacuna, ya que si la madre padece resfriados, enfermedades de la piel o diarrea, la madre pasará al bebé por la leche materna los anticuerpos que le ayudan a protegerse de estas afecciones.
  • Es un alimento específico cuya energía y componentes nutritivos se hallan en las proporciones adecuadas para cubrir las necesidades, crecientes conforme pasa el tiempo, del lactante.
  • La leche de la mujer está a punto en cualquier lugar, la ración siempre es la correcta, se sirve a la temperatura idónea y es fácilmente digerida por el bebé, ya que coagula en grumos finos e iguales que son blandos y se deshacen sin problemas. Además, no se necesita utensilio alguno para que el niño pueda tomar esta leche.
  • La composición de la leche materna, variable con el tiempo, se adapta a la evolución de los requerimientos nutritivos del lactante. De esta forma, establece una regulación de su apetito y evita la sobrealimentación que puede inducir a la obesidad infantil.
  • Al fluir directamente del pezón a la boca del bebé, está exenta de manipulaciones y libre de la posibilidad de contaminación por los gérmenes ambientales.
  • Amamantar al bebé es psicológicamente beneficioso para él, porque aumenta y mejora la relación afectiva madre-hijo.

Además, la lactancia proporciona múltiples ventajas para la madre:
  • La lactancia hace que el útero de la madre se contraiga rápidamente y se reduzcan las hemorragias tras el parto.
  • Amanantar ayuda a que el útero vuelva a su forma y tamaño original.
  • Dar el pecho ayuda a las madres a recuperar el peso previo al embarazo porque la grasa almacenada en el cuerpo durante la gestación se convierte en energía para producir la leche.
  • Previene el cáncer de mama.
  • Además, la leche materna está siempre disponible y es gratuita.

Como madre, es importante que cuides tu alimentación durante el periodo de lactancia para ofrecer a tu bebé una leche materna de calidad. Algunos consejos prácticos que debes tener en cuenta en cuanto a tu alimentación y tu dieta mientras le des de mamar a tu hijo son:
  • En la alimentación durante la lactancia, se recomiendan cuatro o cinco comidas al día, sin olvidar un desayuno completo y un tentempié a media mañana.
  • Debes seguir una dieta lo más variada posible, para que resulte completa y equilibrada. Es importante que comas de todo: fruta, verdura, carne, pescado, cereales, pastas, grasas y, sobre todo, mucho líquido.
  • Las vitaminas A, D, E C, B1, B2 y ácido fólico se requieren en mayor cantidad. Por ello, además de carnes y lácteos, ricos en vitaminas B1 y B2, es imprescindible consumir verduras y frutas frescas que aportan beta-carotenos, ácido fólico y vitamina C. Se aconseja que una pieza de fruta al menos sea rica en vitaminaC (cítricos, melón, frutas tropicales, fresas). También conviene incluir verduras cocidas en combinación con primeros platos o como guarnición de los segundos, para cubrir el aporte de dichas vitaminas y el de la fibra necesaria para la madre.
  • En la cantidad de líquido que debes beber, ten en cuenta que cada vez que des de mamar, tienes que recuperar el líquido perdido, tomando leche, zumo, infusiones, batidos, o simplemente agua.
  • Aunque no es necesario que bebas leche para recuperar líquido, sí que es importante que tomes calcio. Los lácteos son la principal fuente de calcio y este mineral es componente indispensable de la leche materna y evita la desmineralización de la madre, se deben tomar al menos 3/4 litros de leche cada día, o bien medio litro de leche y otros lácteos (yogures, cuajadas, quesos poco maduros o fermentados, postres lácteos, purés y cremas elaboradas con leche, queso fresco en ensaladas, bechamel...).
  • El único alimento que debes evitar es el alcohol, y moderar el consumo de bebidas excitantes (café, té, refrescos con cafeína), evitar el tabaco y algunos fármacos, ya que sus componentes pasan a la leche. Conviene leer bien los prospectos de las medicinas y consultar con el médico antes de tomarlas.  
  • Existe la posiblidad de que tu alimentación le pueda provocar molestias al bebé. En el caso de que el niño sea alérgico a la proteína de leche de vaca es posible que esta pase a través de la leche materna al bebé, por lo que tú deberías evitarla y sustituirla por bebidas de soja e incluir otros alimentos ricos en calcio en tu alimentación, tales como las almendras, las sardinas o los vegetales de hoja verde. También has de saber que la alergia a la proteína de leche de vaca suele desaparecer con la edad, así que muy probablemente con el paso del tiempo tu bebé ya no lo sea.
Siguiendo estos sencillos consejos, te será más fácil recuperar tu forma física tras el embarazo y el parto. Puedes estar segura que en unos 4-5 meses habrás vuelto a tu peso habitual.


2.2.11

Propósitos de año nuevo

Una vez que han pasado las fechas navideñas (y que conste que os he dejado casi un mes de descanso) es hora de plantearnos cambios y mejoras en nuestros hábitos dietéticos. los doce meses del año nos sirven de excusa para plantear doce propósitos de año nuevo.
Primer propósito: evitar el exceso de azúcares. Si analizas tu dieta comprobarás que consumes alimentos azucarados habitualmente, desde  la bollería y repostería en desayunos y meriendas, hasta los postres en comidas y cenas, y las bebidas dulces, como refrescos y zumos. Incluso, algunas personas debería ser comedidas con determinadas frutas ricas en azúcar. 
Segundo objetivo: dieta libre de grasas trans. Debemos huir de este tipo de grasa, la más nociva para la salud cardiovascular. Conviene leer con detenimiento las etiquetas y prescindir de los productos con aceites vegetales parcialmente hidrogenados, presentes en bollería, productos de charcutería, precocinados (pizzas, lasañas o canelones, etc.) y snacks salados. 
Tercero: más proteínas vegetal. El exceso de proteína animal es uno de los males comunes en la dieta de los países occidentales. Para evitarlo debemos aumentar el consumo de proteínas vegetales
Cuarto: más sabor, menos sal. Acostumbrarse a aderezar los alimentos y los platos con especias y hierbas aromáticas es una costumbre sana que ayudará a reducir de forma paulatina la adición de sal a los platos. El segundo esfuerzo implica escoger los productos elaborados con menos cantidad de sal o de sodio. Un exceso de sodio (la sal es el condimento que más sodio contiene) altera el funcionamiento de varios órganos y sistemas, como el corazón, los riñones o el hígado. 
Quinto propósito: fruta entre horas. Una costumbre muy común es reservar las frutas para el postre. Sin embargo, muchas personas se sacian antes y se saltan esta parte del menú. Si este es el caso, comer las frutas entre horas puede ser la manera de asegurarse las 2 ó 3 raciones diarias recomendadas de estos alimentos. 
Sexto: pan integral. El pan elaborado con levadura madre y harina integral es el más natural de todos. Su sabor con un ligero toque ácido, su consistencia y peso y su completo valor nutricional son buenas razones para iniciarse en el consumo de este pan. Se puede reservar para consumirlo en rebanadas en el desayuno y entre horas. El pan se debería contemplar como complemento a una comida en el caso de que el resto de platos no proporcionen suficientes hidratos de carbono. Se podría prescindir de él si la comida o la cena incluyen un plato generoso de arroz, pasta o legumbre, en particular, si se sigue una dieta de adelgazamiento. 
Séptimo: tomar tentempiés saludables. Uno de los primeros cambios es sustituir el pincho o la bollería del almuerzo o la merienda por snacks más saludables, que prescindan de la sal y del azúcar, o las usen en su justa medida, y utilicen grasas saludables en su elaboración. 
Octavo objetivo: alternativas al bocadillo de embutido. Un buen pan acompañado de conservas de pescado (sardinas, anchoas, atún o bonito) o de jamón ibérico son excelentes sustitutos de los embutidos, tan recurridos en los bocadillos de almuerzos y meriendas. la excelente calidad de las proteínas y la mejor calidad de las grasas son garantía en la mejora nutricional de estos aperitivos.
Noveno: un puñado al día de frutos secos. Veinticinco gramos de frutos secos al natural es la ración aconsejable para completar la dieta con nutrientes esenciales. La variedad de frutos secos y sus posibilidades en la elaboración de recetas y platos, hacen posible incluirlos en el menú. Aportan un gusto y una textura particular a ensaldadas, platos de pasta, cuscús, arroz, o platos de carne.
Décimo objetivo: aliños con vinagretas suaves. El vinagre de vino puede resultar un fermento demasiado ácido para el organismo, no solo para los estómagos delicados. Otros vinagres como el de manzana y el de arroz, este último poco conocido, son más saludables porque no resultan tan irritantes para las mucosas. Añadir el aliño justo, sin abusar de la cantidad, y acostumbrarse a los aderezos suaves permite degustar los alimentos en su estado más natural.
Undécimo: menos café, más infusiones. El estado de estrés, excitación y ansiedad en el que viven muchas personas se agrava por la costumbre de tomar café tanto en el desayuno como después de las comidas o entre horas. Hay bebidas que proveen una sensación de vitalidad, de concentración y de mente despejada, sin el inconveniente de la cafeína, la sustancia estimulante del café. El té kukicha, el té mú, el té bancha y los denominados "café de cereales", son algunas sugerencias. A éstas se suma la oferta incontable de infusiones y de mezclas, como el regaliz, el rooibos o la mezcla de frutos del bosque.
Duodécimo propósito: vida activa. La estabilidad de la salud cojea si solo se contemplan mejoras en la dieta. Una vida activa libre de adicciones perniciosas como el tabaco o el alcohol, entre otras, junto con una alimentación saludable y equilibrada, es la combinación perfecta para dar comienzo a un año pleno de proyectos ilusionantes y buenos propósitos.