14.8.13

Nutricosmética


La nutricosmética realza nuestra belleza desde el interior.
 
De todos es bien conocida la famosa frase de Hipócrates, considerado hoy en día el "padre de la medicina": Somos lo que comemos.
Tendrían que pasar casi 2.500 años para que Madonna nos revelara su tan esperado secreto de la eterna juventud: consumir cápsulas con antioxidantes que frenaban el envejecimiento cutáneo. Tras ella, varias modelos y celebridades desvelaban a la prensa que los concentrados de nutrientes en cápsulas obraban milagros en su piel y siluetas.
La nutricosmética es la belleza del futuro, la que nos permite mejorar nuestra belleza exterior mediante complejos nutricionales.

La nutricosmética se basa en mejorar nuestra estética a través de la ingesta de una fuente concentrada de nutrientes, comercializados en cápsulas o polvos, que se toman en pequeñas cantidades y complementan de este modo la dieta.
 
 
Actualmente Estados Unidos es el país en el que la nutricosmética tiene mayor número de seguidores, ya que más del 50% de los estadounidenses toman algún suplemento cosmético, frente al 48% de consumo europeo y el 28% de consumo de España.
 
Generalmente los nutricosméticos son sustancias que nuestro cuerpo no puede fabricar, o al menos no puede hacerlo en la cantidad necesaria, y que han de ser aportadas desde el exterior por medio de alimentos o suplementos nutricionales, en polvos o pastillas, para mejorar el estado general, la salud osteoarticular, la apariencia de nuestra piel, etc.

 
 
Los nutricosméticos están formados por productos habitualmente contenidos en los alimentos, es decir, sustancias naturales de origen animal o vegetal. Por lo tanto, no se trata de productos milagro sino de simples nutrientes que podemos encontrar de forma natural en los alimentos. Generalmente se utilizan vitaminas, ácidos grasos, minerales o aminoácidos.

 
Los cosméticos externos o cremas son complementarios para hidratar las capas más superficiales de la piel y atenuar las imperfecciones de forma momentánea. Pero éstos no actúan en las capas más profundas, donde se encuentran las células vivas.
 
 


 Por tanto, los nutricosméticos, tomados por vía oral, son mucho más efectivos ya que logran alcanzar las capas más internas de nuestra piel que son las encargadas de su regeneración. De esta forma, la ventaja de la nutricosmética es que consigue una acción integral en toda la piel, pero no sólo de forma externa, sino también en profundidad.



Los científicos coinciden en que los mejores resultados se obtienen en pacientes a partir de los 30 años, a partir de los 40 años debería convertirse en un hábito y a los 50 ya es urgente actuar.
 
Para facilitar la absorción del complemento debemos ingerirlos durante o después de las comidas y durante un periodo mínimo de tres a seis meses para garantizar resultados. Aunque hay que recordar que el uso de estos suplementos debe ser mantenido en el tiempo por el resto de la vida, ya que las carencias nutricionales y los factores agresivos están constantemente a nuestro alrededor.
 





 
 
 


20.8.12

Luchando contra la obesidad infantil (II)

Como os comentaba anteriormente, las cifras de sobrepeso y obesidad infantil están llegando a ser realmente alarmantes. Debemos tomar medidas cuanto antes para evitar que nuestros niños se conviertan en adultos obesos con serios problemas de salud.
 

En el post anterior habíamos enumerado algunos consejos para llevar a la práctica cuando aún son bebés. A continuación vamos a ver qué podemos hacer para que nuestros peques "mayores" adquieran unos hábitos saludables que les ayuden a prevenir o luchar contra la obesidad.



Realizar actividad física
El ejercicio es clave para evitar la obesidad infantil. Tenemos que tratar como padres de incentivarles para que realicen algún tipo de deporte, la cual podrá realizar con los amigos o con la familia para que lo vean como algo muy positivo y divertido.
Evitar el sedentarismo
 
La televisión y los videojuegos tienen gran parte de la culpa del aumento de la obesidad infantil. Es muy importante apagar la televisión a la hora de comer y sentarse a la mesa. En cualquier caso se aconseja que los niños no permanezcan más de 2 horas al día frente a la mesa, el ordenador o la videoconsola.

Una dieta variada y equilibrada
La mejor manera de alcanzar un estado nutricional adecuado es incorporar una amplia variedad de alimentos a nuestro menú diario y semanal.
 
Involucrar a los niños en las rutinas relacionadas con la alimentación
Es importante que los niños se sientan partícipes de las rutinas relacionadas con la alimentación. Hacer la compra con nosotros, ayudarnos a escoger los alimentos, a preparar las comidas puede ayudarles a que se familiaricen con los alimentos que son beneficiosos para su salud.
Debemos aprovechar estos momentos para informarles acerca de lo que es saludable y lo que no lo es. Aunque en la escuela aprenderán nociones sobre hábitos saludables, es en casa donde debe comenzar esta educación, incluso antes de que empiecen a ir a la escuela.
 
Cinco comidas al día
Es importante realizar cinco comidas al día, pero sobre todo en el caso de los niños: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.
Los expertos resaltan la importancia de que nuestros pequeños desayunen de forma correcta, ya que es la comida más importante del día. Diversos estudios han demostrado que uno de cada tres niños no desayuna antes de salir de casa, lo que supone un grave error. Levantarles un poco más temprano y poner a su disposición alimentos sanos y apetecibles puede ayudar a que empiecen el día con energía.
Tentempiés y meriendas saludables
Todos hemos recurrido en alguna ocasión a los zumos envasados o a galletas para ofrecer de merienda a los peques. Sin embargo, no podemos utilizar estos alimentos tan poco saludables de forma rutinaria. Tenemos que acostumbrar a los pequeños a merender frutas, zumos naturales, bocadillos, yogur, frutos secos, etc. En definitiva, tentempiés bajos en grasas y azúcares.
 


Predicar con el ejemplo
 
De nada sirve hablarles de lo buenas que son las frutas, las verduras y el pescado si a nosotros no nos ven comerlas e incluso nos ven hacerles ascos. Desde que los niños ya pueden comer de todo, lo ideal es que toda la familia siga el mismo menú y coman juntos en la mesa.
Asismismo, si los niños ven que nosotros hacemos ejercicio se apuntarán a practicar deporte. Hacer ejercicio en familia es algo muy aconsejable que además contribuye a la unión familiar.

Compartir la mesa en familia
Aunque el ritmo de vida actual no siemper lo permite, es importante compartir la mesa con los niños al menos una vez al día, manteniendo un ambiente relajado, sin televión, tanto para controlar lo que comen como para hacer de la hora de la comida un momento agradable y relajado. Es además un ejercicio ideal para potenciar la comunicación familiar y atender las necesidades personales de cada miembro de la familia. Diversas investigaciones demuestran que los niños que comen con los padres tienen una dieta más saludable, e incluso que mejoran su rendimiento escolar y consumen menos sustancias adictivas en la adolescencia.



Acude a un nutricionista

Siguiendo estos consejos deberíamos conseguir que nuestros hijos adquirieran hábitos saludables y no tuvieran problemas de sobrepeso, pero si nos cuesta implantar estas rutinas o el sobrepeso ya está presente no dudes en acudir a la consulta de un especialista en nutrición.


5.8.12

Luchando contra la obesidad infantil (I)

La obesidad infantil se ha convertido en uno de los grandes males de la población en la actualidad. Es uno de los temas que más preocupa a los padres pues puede desencadenar graves problemas para salud de los niños. Es bien sabido que, en gran medida, un niño obeso será un adulto obeso. Además, la obesidad suele conllevar problemas psicológicos y físicos (diabetes, hipertensión, colesterol y triglicéridos, trastornos hepáticos y cardiovasculares, etc.).

La mitad de los niños españoles mayores de seis años padece sobrepeso y, de ellos, un 20% sufre obesidad. Se trata de un problema de salud realmente peligroso, una verdadera epidemia.


La causa de esta verdadera epidemia es básicamente el cambio de hábitos. Los niños, en gran parte por influencia de los padres, abandonan el consumo de frutas, verduras, legumbres y pescado, en favor de la comida rápida, "chuches" y bollería industrial. Además, las actividades físicas tradicionales se están cambiando por la televisión y los videojuegos.


Es muy importante comenzar a combatir el sobrepeso desde el nacimiento inculcando hábitos de vida saludables en los niños desde que son muy pequeños. Si esperamos unos años la tarea nos erá imposible, pero sí bastante más difícil, porque los malos hábitos estarán bien arraigados. Lo ideal es comenzar a tomar medidas antes de los seis años de edad, educando en hábitos alimentarios sanos, promoviendo la natural actividad física de los niños y, cambiando la mentalidad de la sociedad respecto a lo que es un niño sano.

Un bebé gordito no es sinónimo de bebé sano
Debemos cambiar la percepción de la imagen del bebé en la sociedad. Parece que se sigue insistiendo en que los niños suban de percentil, cuando un niño sano puede estar perfectamente en percentiles bajos siempre que crezca y tenga energía.


Lactancia materna contra la obesidad infantil
En otros posts ya he insistido en los múltiples beneficios de la lactancia materna. Entre ellos se encuentra su efecto protector contra la obesidad. Según la OMS, los niños deberían mamar hasta los seis meses sin recibir ningún otro alimento y seguir tomando el pecho por lo menos hasta los dos años. No hay que darles leche artificial ni papillas antes de tiempo para que engorden, ni cambiar la leche materna por leches de continuación si no es realmente necesario. Es muy preocupante que la obesidad infantil ya afecte a los bebés.


Evitar las chuches
Otro tema son las chucherías y bollos, con los que, a partir de muy temprana edad, muchas padres premian a los niños o les dejan tomarlos a diario. Se trata de bombas calóricas de escasísimo valor nutricional que no pasa nada si se toman un día especial, pero que no deberían incluirse en la dieta infantil diaria, sino más bien retrasarlos y reducirlos al mínimo.
Jugar

Para un correcto desarrollo del niño, tanto intelectual como físico, y también, por supuesto, para prevenir la obesidad es necesario que haga ejercicio. No me refiero al deporte sino al movimiento libre y al juego, especialmente indispensable en las edades más tempranas.
Usar la cuna, el cochecito, la hamaquita o el parque pueden ser una solución momentánea, pero no conviene abusar de ellos, pues no son lo que un bebé necesita para desarrollarse sanamente, especialmente si nos empeñamos ne tenerlos metidos mucho tiempo sin dejar que se muevan.
Primero en brazos, moviéndose en el cuerpo de su madre y en el suelo, sobre una mantita y seguros, es donde el pequeño empezará a moverse y a desarrollar su sistema musculoesquelético. Luego, cuando comienza a gatear y a caminar hay que proporcionarles espacios amplios donde puedan moverse libremente.

Cuando el niño tenga ya la capacidad de andar y correr hay que evitar el carro todo lo posible, dejándoles acompañarnos caminando todo lo que puedan pero sin negarles descansar o ir en brazos si están cansados. De esta forma fomentaremos su capacidad para ejercitarse.



Y, por supuesto, permitirles que juegen mucho, al aire libre o en casa cuando no se pueda salir, solos o con otros niños, y sobre todo con sus papás.





4.3.12

Adelgaza mientras duermes

¿Adelgazar durmiendo? Tal vez suene demasiado bueno para ser verdad, pero varios estudios científicos han revelado que existe una relación entre el peso corporal y las horas que pasamos durmiendo.


Aunque parezca una dieta milagro, dormir mucho nos puede hacer bajar de peso. Pasamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo y descansar bien es importante para gozar de buena salud. Comer y dormir son hechos fundamentales en nuestra vida que, actualmente en las sociedades occidentales, están fuera de control: cada vez dormirmos menos y comemos más. El número de horas de promedio de sueño ha disminuido desde las ocho o nueve que se invertían en 1960 a menos de siete en la actualidad. Se impone la idea de que en una sociedad apresurada como la nuestra, el dormir es una pérdida de tiempo y que hay mejores formas de aprovecharlo.


La Ciencia ha demostrado que dormir poco altera el nivel de ciertas hormonas, lo que provoca que comamos en exceso y tendamos a engordar.

Se han realizado diversos estudios en los que se ha limitado el número de horas que dormían individuos sometidos a análisis, para a continuación medir la variación que experimentaban en ellos los niveles de diversas hormonas. Los resultados indicaron que la falta de sueño induce la reducción de leptina, hormona que inhibe el apetito, y un aumento de grelina, que lo estimula. En base a esto, el resultado es previsible: si dormimos poco, engordamos.

Además, la privación del sueño hace que aumente el cortisol, la hormona del estrés, que hace que se tenga un mayor antojo de carbohidratos y alimentos altos en calorías.

 Asimismo, el cerebro segrega la hormona del crecimiento en la fase de sueño profundo, que ayuda al cuerpo a convertir la grasa en combustible. Sin la cantidad suficiente de descanso profundo, por lo tanto, se acumula más grasa.

Por último, conviene saber que tampoco conviene excederse con la almohada, ya que dormir en exceso (más de 10 horas) hace que aumente el riesgo de obesidad tanto como dormir de menos. Lo ideal es dormir entre 7 y 8 horas al día.

1.9.11

Guerra a la piel de naranja

La celulitis se ha convertido en una auténtica pesadilla para miles de mujeres. Quizás seas una de las pocas afortunadas que nunca la ha padecido, pero lo cierto es que cuando llegamos a una cierta edad, o hemos tenido hijos, las bonitas piernas que habíamos tenido de jóvenes pierden su tono muscular y tienen ese aspecto decaído y sin forma. Además, la piel de las nalgas y de las piernas es muy fina y eso hace que la grasa que se acumula se vea enseguida y aparezcan esos bultitos tan indeseables.


Aunque dicen que ‘mal de muchos, consuelo de tontos’ es inevitable que nos sintamos un poco mejor, cuando vemos que ni siquiera las más reconocidas estrellas de cine o cantantes escapan de las garras de la piel de naranja. De hecho, alrededor del 93% de las mujeres padecen celulitis, en uno u otro grado. 

La piel de naranja no es más que tejido graso subcutáneo que se ha acumulado hasta el punto de presionar y sobresalir entre las fibras de tejido conectivo, formando una red a modo de pequeños bultos, similar a la piel de una naranja. Este fenómeno empieza por una disminución de la microcirculación venosa y linfática. Su aparición se asocia a hábitos poco saludables, como una vida sedentaria, estrés, ropa muy ajustada y malas posturas, entre otros. Pero también influyen la genética y los problemas hormonales. 

En general, son 3 los factores que influyen en la aparición de la celulitis:

  • Genética. Si en tu familia hay casos de celulitis puede que seas más propenso a padecerla.
  • Género. Las mujeres tienen más tendencia a tener piel de naranja por dos razones: acumulan más grasa en ciertas zonas corporales debido a su sistema hormonal y su red de tejido conjuntivo es más débil que la del hombre.
  •  Edad. Comienza a aparecer o a formarse después de la primera juventud, aunque se hace visible después de la adolescencia que es cuando se ralentiza el metabolismo y la vida se hace más sedentaria.

Probablemente hacer desaparecer la celulitis nos parezca tarea imposible, pero siempre existen formas de detener su avance o, simplemente, hacer que parezca menos evidente: 
  • Sigue una dieta rica en fibra natural, presente en la verdura y la fruta, para ayudar a que el sistema digestivo elimine residuos.
  • La sal es uno de los grandes enemigos de la celulitis, ya que contribuye a la retención de líquidos. Trata de consumirla con moderación. Recuerda que las carnes en conserva, los quesos y algunas otras comidas preparadas como los enlatados tienen mucha sal. 
  • Las pastas, golosinas y todos los productos de repostería tienden a contener altos porcentajes de harinas refinadas y grasas que favorecen mucho la aparición de la celulitis. Es importante evitar estas pastas y dulces y, en caso de consumir pan, es preciso moderar su consumo. 
  • Evita las bebidas carbonatadas. Contienen ingredientes químicos que no sólo carecen de nutrientes sino que además contribuyen a hinchar el cuerpo y añadir más toxinas acentuando aún más la celulitis. 
  • Beber 10 vasos de agua a diario ayuda a que nuestro cuerpo pueda eliminar toxinas, además de mantener la piel del cuerpo en general con un aspecto sano.

  • Reduce el consumo de café, evita tomar bebidas alcohólicas y si fumas intenta dejarlo de una vez por todas.
  • Realiza ejercicios aeróbicos como andar en bicicleta, nadar, correr, o simplemente caminar para mantener las piernas en movimiento haciendo circular las toxinas y que éstas no se estacionen donde no las queremos.
  • Por muy sencillo que parezca, el chorro de agua fría al final de la ducha, ayuda a que tengamos una mejor circulación corporal.
  • Los masajes ayudan a deshacer los nódulos de grasa a la vez que activan la microcirculación y el drenaje linfático. Estos masajes son mucho más eficaces si se hacen a diario y con ayuda de alguna crema anticelulítica.
  • La exfoliación de la piel del cuerpo al menos una vez a la semana ayuda a eliminar las células muertas y que, de esta forma, las cremas de tratamiento penetren mejor con ayuda del masaje adecuado.
  • Además, es recomendable que evites llevar ropa muy ajustada y zapatos de tacón excesivamente altos, pues perjudican la circulación sanguínea. 


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14.7.11

A por un verano refrescante....

Espero que estés disfrutando de tu verano...Nosotros nos hemos venido a pasar unos días en la playa con la familia. En esta época nuestras necesidades de hidratación aumentan. las altas temperaturas hacen que sudemos más que durante el invierno. Por eso necesitamos tomar más líquidos, ya sea en forma de bebida u otros alimentos ricos en agua. 

Nuestro cuerpo está compuesto por más de un 50% de agua. Una proporción que varía en función de tu edad, tu peso y sexo: cuanto mayores nos hacemos y más pesamos, menos proporción de agua tenemos. 
Para reponer el agua que perdemos a través de la respiración, la sudoración y las evacuaciones, necesitamos ingerir alrededor de tres litros de agua diarios, repartidos entre el agua y los alimentos que tomas. Alrededor de un litro y medio te lo proporcionan entre 6 y 8 vasos de líquidos, que pueden ser agua, zumos, refrescos y batidos, por ejemplo.

También puedes hidratarte gracias a los alimentos que comes; te aportan otro litro y medio de agua. Las frutas y verduras tienen un alto contenido de agua -cerca del 85% de su peso-, así como la carne y el pescado -con valores que oscilan entre un 50 y un 70% de agua.

Durante el verano, las altas temperaturas, la humedad y una mayor sudoración hacen que tu organismo pierda más agua que durante el invierno. Por eso es fundamental ingerir líquidos con más frecuencia, sobre todo si te expones al sol, practicas ejercicio o realizas algún tipo de actividad física. Durante los meses estivales no conviene que salgas de casa sin tu botella de agua. 
Los ancianos y los niños son quienes más tienen que controlar sus niveles de hidratación durante la época estival porque tienen alterado su mecanismo de la sed o no siempre piden bebidas cuando tienen sed. 


Buenas razones para hidratarte

  • Ayudas a regular tu temperatura corporal. 
  • Mantienes tu piel tersa.  
  • Facilitas tus digestiones. 
  • Consigues una mayor capacidad de concentración. 
  • Facilitas el transporte de nutrientes en tu organismo. 
  • Consigues eliminar toxinas. 
Bebidas para todos los gustos

  • AGUA. Es la bebida que mejor calma la sed y puedes elegir entre agua con o sin gas, así como agua con sabores a limón, fresa, manzana, etc. 
  • ZUMOS DE FRUTAS. Además de hidratar y calmar la sed, resultan nutritivos y aportan energía, ya que conservan todas las propiedades de la fruta fresca. 
  • INFUSIONES. Se preparan con agua y plantas de distintos sabores y propiedades. Pueden tomarse frías o calientes, convirtiéndose en otra forma apetecible de tomar agua. 
  • HELADOS Y BATIDOS. Los polos o granizados, cuya base principal es el agua, hidratan y refrescan. Los batidos, con base de leche, resultan además muy sanos y nutritivos.

16.5.11

Dieta Dukan



Tod@s hemos oído hablar de la dieta Dukan, y más de un@ conoce a alguien que la seguido y le ha ido de maravilla. ¿Quieres saber en qué consiste? Según  su creador, el doctor Pierre Dukan, esta dieta permite comer 100 alimentos, 72 ricos en proteínas, 38 verduras y bajar de peso en pocas semanas sin pasar hambre y sin recuperar el peso perdido.






Personajes conocidos como Penélope Cruz han hecho uso de esta dieta, así como Kate Middleton, la reciente esposa del Príncipe de Gales, Jennifer López o Nicole Kidman y el libro “No consigo adelgazar“ ha sido uno de los más vendidos, creando miles de adeptos a esta dieta.

El programa se divide en cuatro fases que se han de seguir obligatoriamente, sin salirse del consumode los cien alimentos. La primera, llamada fase de ataque, consiste en cortar de raíz toda relación con los hidratos de carbono y alimentarse durante un periodo de 5 a 7 días únicamente a base de proteínas: carne, huevos, leche y pescado.


Después se pasa a la etapa de crucero, en la que las proteínas se combinan con las verduras, que se ingieren en días alternos. Cuando se logra perder los kilos de más se pasa a la siguiente fase, fase de consolidación, en la que se van incorporando los hidratos de carbono. A partir de entonces llega la fase de estabilización, en la que la ingesta de alimentos es completamente libre, pero un día a la semana tiene que dedicarse de nuevo a las proteínas.



Por último es importante señalar la importancia del consumo de salvado de avena, un alimento del que una sola cucharada absorbe 25 veces su volumen en agua, generando sensación de saciedad.


Sin embargo, grupos como la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas ya se han posicionado en contra de este método y sostiene que no hay ningún estudio científico que avale que una dieta con un mayor contenido en proteínas. Mi consejo es que siempre consultes con tu médico o nutricionista antes de iniciar cualquier dieta.


2.3.11

Recupera tu figura tras el embarazo

Recuperar la figura después de dar a luz es un trabajo que exige mucha constancia, paciencia y dedicación. Cuidar la alimentación, realizar ejercicio físico y utilizar cremas reafirmantes son las tres piezas clave para conseguirlo.
Tras el embarazo, el cuerpo no se recupera totalmente hasta pasados al menos nueve meses. En el parto suelen perderse entre 5 y 7 kilos, que se corresponden con el peso del bebé, el líquido amniótico y la placenta. En los días siguientes seguirás eliminando líquidos retenidos y el útero regresará a su tamaño original. Al cabo de una semana pesarás entre 2 y 3 kilos menos. Sin embargo, el ritmo de pérdida es distinto en cada mujer y depende de factores tan dispares como el número de hijos previos, la edad, el tipo de parto o el peso ganado durante la gestación.
¿Cuándo ponernos a dieta?
La lactancia no es un momento oportuno para seguir una dieta de adelgazamiento. Dar el pecho al bebé te ayudará a recuperar tu peso con mayor facilidad, ya que la producción de leche exige la utilización de las reservas grasas almacenadas durante el embarazo. Además, es importante que cuides la calidad y cantidad de los alimentos. La recomendación en esta etapa es tener paciencia. No se van a perder varios kilos en una misma semana, sino de ir recuperando el peso normal paulatinamente y que poco a poco la figura del cuerpo vuelva a estar como antes de la gestación.

Dieta postparto
  • La norma básica es que es imprescindible hacer cuatro o cinco comidas al día.
  • La dieta debe incluir alimentos de los diferentes grupos nutricionales como carnes (res, pollo, pescado), lácteos (leche, quesos, yogur), huevos, verduras, legumbres, frutas y cereales.
  • Intenta moderar el consumo de grasas y reducir el consumo de las saturadas. Es mejor que consumas leche desnatada, que cocines al vapor y evites los fritos.
  • Haz cenas suaves.
  • Acostúmbrate a comer despacio y masticar bien los alimentos: de esta manera damos tiempo a que el organismo active las señales de saciedad que hacen que dejemos de comer.
  • No te obsesiones si algún día te saltas la dieta: un exceso en un día aislado no modifica el resultado del régimen, lo importante es que seas constante.

Ejercicios postparto: cómo y cuándo
La gimnasia post-parto como tal y la práctica de ejercicio físico debe iniciarse una vez transcurrida la cuarentena, cuando el parto es vaginal, y transcurridos tres meses, en caso de cesárea, y siempre y cuando se cuente con la autorización del ginecólogo.
Debes empezar poco a poco e ir aumentando la intensidad y dificultad a medida que mejore el estado de forma física. El mejor ejercicio cardiovascular durante esta etapa es andar. Conviene que evites dar saltos, ejercicios aeróbicos de alto impacto, ir en bici, así como realizar abdominales de fuerte intensidad hasta que la musculatura del suelo pélvico y abdominal no haya recuperado su tono habitual.
Por eso los primeros ejercicios que debe hacer una mujer tras dar a luz son los que permiten fortalecer y tonificar la musculatura del suelo pélvico; pero no deben comenzarse hasta 30 ó 40 días después del parto.
Para recuperar al máximo tu figura y verte de nuevo con la tripla plana, debes realizar ejercicios específicos de tonificación y fortalecimiento de los músculos del abdomen y de la cintura, es decir, las conocidas abdominales. Estos ejercicios debes iniciarlos una vez recuperado el tono de la musculatura perineal o suelo pélvico, nunca antes.
Dedicar de cinco a quince minutos al día, con una periodicidad de cuatro a cinco días a la semana basta para comprobar que el abdomen, poco a poco, se vuelve más firme y plano.
El pecho es otra de las partes del cuerpo que más perjudicada sale tras un embarazo y un parto. Las mamas ganan volumen y pueden adquirir tamaños insospechados con la subida de la leche. Al final de la lactancia suelen quedar flácidos y caídos.
La glándula mamaria no puede ejercitarse pero sí los músculos que la sostienen. Ejercitando los músculos pectorales se puede prevenir la caída de los pechos y permite mantenerlos más altos y en su sitio.
En casa puedes realizar el siguiente ejercicio: apertura de brazos con pesas (si no tienes, puedes utilizar dos botellas de agua llenas de arroz). Túmbate boca arriba y estira los brazos en perpendicular al cuerpo, con las pesas “mirándose”. Sólo tienes que abrir los brazos hasta casi tocar el suelo y volver a cerrar. Procura contraer los músculos pectorales cuando cierres. Haz 3 series de 8 repeticiones, descansando unos segundos entre una y otra.
Ya sabes, una buena alimentación, ejercicio físico y para rematar la faena una buena crema corporal tonificante que devuelva la elasticidad a tu piel, harán que este verano hayamos recuperado nuestra figura.